domingo, 19 de mayo de 2013

Primera parte



Estaba todo muy oscuro, solo se oía el ruido del viento que movía las ramas de los árboles. El camino era desigual, habían piedras, tierra y algo de barro causado por la lluvia de días pasados, pero aun así yo seguí adelante, pues mi curiosidad era mayor a mi miedo. Al final del largo camino había un enorme caserón, su fachada era gris apagado triste y oscuro, el caserón estaba rodeado por un muro de piedra y una reja de hierro forjado, lo que un día fue el jardín estaba lleno de mala hiervas y resto de animales de los cuales solo quedaban sus huesos ya gastados por el tiempo, me acerque hasta la puerta de aquel viejo caserón, era grande y ancha de una madera gruesa ya gastada e incluso tenía grietas que dejaban ver el interior de la casa, pero con la luz de mi linterna no conseguía ver nada, finalmente entre y al entrar vi un interruptor al cual le dí a ver si con suerte había luz y para mi alegría, si, la había. Al encender la luz quedaron al descubierto viejos muebles tapados por sabanas llenas de cantidades incontables de polvo, al lado derecho de la puerta de entrada había una puerta que llevaba a un despacho en el cual había un ventanal que daba al exterior de un triste jardín con un columpio, decidí quitarle las sabanas a todo lo que la tuviera cogía la punta de la sabana y corría hasta el otro como una niña; estuve un rato desmantelando todo el piso de abajo, cuando termine subí por las escaleras, al pisar en ellas quedaban mis pisadas marcadas en la alfombra que cubría la escalera, esta se dividía en dos escaleras, una que iba al lado derecho y la otra al lado izquierdo, en primer lugar fui por la derecha eran todo habitaciones, cuatro exactamente, dos de ellas eran de niños y la otras dos imagino que de invitados, cada una de ellas tenía un baño; también desmantele todo, luego fui al lado izquierdo en el cual se encontraba la habitación principal con su respectivo baño, pero el pasillo continuaba un poco más allá como un metro, hay había una habitación algo rara, en la que por supuesto entre, algo me empujaba a entrar, si, era mi curiosidad, al entrar encendí la penosa luz de aquella habitación la cual dejo al descubierto maravillas antes mis ojos, aunque si lo llega a encontrar otra persona quizás hubiera dicho que eran “ monstruosidades espantosas ” ; al entrar sentí una brisa de aire frío que no había sentido en ninguna otra estancia de la casa, cuando vi todo lo que allí había me quede parada en seco no me podía mover, cogí aire y dí un paso, al lado izquierdo había un escritorio con viejos papeles escritos a mano, al lado izquierdo del escritorio había un especie de candelabro lleno de cera de vela, una alfombra cubría gran parte del suelo, al derecho de la habitación había una especie de camilla y un carro de cirugía en el cual estaban las herramientas de cirugía más antiguos que nunca había visto, eran específicos para una mano, hechos a medida, al lado de la camilla por la parte de arriba había un vieja estantería en la cual habían botes con restos de algún animal, espero, en formol, un estante mas abajo habían calaveras humanas y en el último estante mas papeles; baje a por unas cajas y metí todo dentro de ellas para llevarlo a mi estudio.